domingo, 31 de julio de 2011

REGRESAMOS A NICARAGUA

El 30 de julio de 2011 al mediodía ingresamos a Nicaragua por la frontera con Honduras, Las Manos. Hicimos los trámites de migraciones y aduana como corresponde, y salimos con un ojo menos (en Argentina decimos que nos costó un ojo de la cara cuando algo es muy caro) de la frontera, asustados porque ésta vez los policías parecían mas corruptos que la vez anterior, y contentos porque acá no se habla de inseguridad como en los demás países.

Tuvimos que pagar:

  • Fumigación (un chorrito de quien sabe que porque no tenía ni olor): 3 dólares
  • Migración: 24 dólares
  • Seguro del auto (que en ninguna parte figura la póliza) porque es lo primero que piden  los policías: 12 dólares.
  • y por último, un impuesto municipal: 2 dólares

Terminamos los  trámites y revisiones del auto correspondientes y a menos de veinte metros nos llamó un señor con un silbido típico de los nicas. Era un policía nacional que estaba sentado en un banco de madera debajo de un techo de chapa refugiado de la torrencial lluvia que estaba cayendo. Nos pidió los papeles del auto, el seguro, el recibo de fumigación y los pasaportes. Como vio que teníamos todo en regla siguió preguntando por los triángulos y el extintor. Traíamos todo en orden, empezó a mirar con detalle los papeles del auto para encontrar algún error y así fue que encontró una fecha de vencimiento caducada en letra muy pequeña, en el título del auto. Le empezaron a brillar sus ojos. Esta fue la mejor oportunidad para sacarnos algunos dólares. Pero omitió leer que si el documento era entregado por el titular, el vencimiento quedaba sin efecto. No le quedó otra que dejarnos ir.

A los diez metros siguientes, nos paran cuatro personajes pidiéndonos otra vez todos los papeles para ver si estaba todo bien echo.

Hasta ahí nos pareció correcto que hagan un control. Pero cuando agarró el papel de Adunas y empezó a leer “Samaza acenara” vimos que ni siquiera sabía leer. Lo único que quería era justificar el sueldo que le paga el gobierno. Mientras este señor leía todo mal aparece otro con un talonario, como el de los del sorteo para un lechón que hacíamos cuando íbamos a la escuela primaria. Nos cobró el impuesto municipal y salimos sin mirar para los costados por si nos paraba otra persona.

La bronca nos duró poco hasta que una persona muy amble nos ayudó en el camino.  Nos quedamos sin gasolina a la tardecita y en un pueblo muy pequeño donde no había gasolinera. Este señor que iba camino al culto se ofreció a conseguirnos gasolina. Sus palabras tan sinceras fueron; “Si ustedes confían en mí yo les puedo conseguir gasolina”. Y salió de prisa en su bicicleta prometiendo tardar unos quince minutos.

Llegó todo transpirado pero feliz que nos había ayudado. No teníamos palabras para agradecerle. Nos quedó bien claro que lo había echo sin ninguna intención de recibir nada a cambio porque no nos quería recibir la propina que insistimos que aceptara.

“Ustedes me salvaron el día”, “nunca los voy a olvidar, gracias, gracias”: fueron sus ultimas palabras mientras nos saludaba desde su bicicleta.

Ya era muy de noche, pero debíamos continuar y llegar a León porque veníamos con un bolillero de la rueda delantera rota. Como ya sabemos al llegar la noche los policías están parados al costado de la carretera con su lámpara  luminosa roja parando a toda presa que traiga dólares. Ya cansados y haciéndonos los desentendidos con la seña de la lámpara luminosa, pasamos de largo y a los quinientos metros los teníamos detrás con las luces prendidas de la camioneta. Nos retuvieron el carnet de conducir por no haber parado y palabra va y palabra viene nos pide una ayudita; “lo que usted pueda” nos dijo descaradamente. Arreglamos con muy poco y seguimos viaje.

Ya contaremos más de nuestra estadía en Nicaragua.

Ahora toda las energías están puestas en conseguir un barco para mandar el auto a Colombia, gratis o lo más barato posible.Quien nos pueda ayudar somos todo oído.

Queremos regresar pronto a casa.

1 comentario:

Osvaldo dijo...

Siempre me ha gustado la idea de poder viajar en auto por el continente. Creo que además de conseguir un seguro de autos confiable y bueno, también debería poner en condiciones mecánicas mi auto para evitar problemas